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Calle Marqués de Larios

Es, sin lugar a dudas, la calle más popular y céntrica de Málaga. De hecho, sus adoquines y su glamour traspasan fronteras y es reconocida en el mundo entero, además de haber sido una de las calles más caras de España en lo que a alquiler o compra de vivienda y/o local se refiere. Sin embargo, esta famosa calle, pulmón de Málaga y santo y seña del malagueño, tiene mucha historia detrás. Y es que no siempre ha sido peatonal.
Recientemente ha cumplido 130 años. Y es que su inauguración se celebró el 27 de agosto de 1891, en un proyecto realizado por el ingeniero José María Sancha y modificado más tarde junto a Manuel Rivera. Para su construcción el ayuntamiento de la ciudad promovió una sociedad anónima con un capital de un millón de pesetas de la época, siendo la mayoría de las acciones adquiridas por la familia Larios.
La calle lleva el nombre por Manuel Domingo Larios, segundo marqués de Larios. Su padre, llegado de Logroño, vino a Málaga a hacer fortuna. Sus negocios eran de telas. Y la fortuna de la familia entonces iba en aumento. No hubo un pueblo en Málaga donde no hubiera una propiedad de los Larios, coincidiendo con la ruinas de otras familias, como la Casa Heredia.

En 1880, el Ayuntamiento hizo públicas las bases de la construcción de la Calle Larios. Pero fue en 1887 cuando la responsabilidad de la construcción recayó sobre la casa Larios. Los edificios no debían de tener más de 20 metros de altura. La nueva calle fue recepcionada por el Ayuntamiento el 27 de agosto de 1891, por el entonces alcalde Sebastián Souvirón. El primer adoquinado fue de tarugos de madera, que hacía parecer que la calle estaba hecha de parquet. Pero con la ría de 1907 tuvieron que ser sustituidos por unos de granito.
En 2002 se inauguró la nueva Calle Larios, pasando a ser completamente peatonal. Ahora es un centro de visita y lleno de transeúntes donde las mejores cadenas de ropa y los mejores comercios quieren estar. En ella hay comercios típicos como Lepanto, Calzados Godoy o Casa Mira, pero también tiendas como Mango, Victoria Secret’s o Massimo Dutti, además de bancos como BBVA y el Santander. Es un lugar imprescindible para visitar la ciudad y un punto de reunión de todo buen malagueño.
Confluye con la Plaza de la Constitución y también con la Alameda Principal. Preside la calle un monumento al Marqués de Larios, que también tuvo su propia historia cuando en los disturbios de la ciudad en 1931, unas turbas quitaron el monumento y lo lanzaron al agua en el Puerto. Luego fue recuperada y restaurada, aunque 20 años después.