Castillo de Gibralfaro

Foto Nany Lavado

El Castillo de Gibralfaro es uno de los monumentos característicos de la ciudad de Málaga. Desde las alturas domina la ciudad y ofrece unas magníficas vistas de la bahía malagueña y su entorno. De hecho, se ha convertido en una visita casi obligada para todos los que pasan por la capital de la Costa del Sol donde pueden estampar un recuerdo imborrable de la ciudad. 

Historia del Castillo de Gibralfaro

Este Castillo se funde con La Alcazaba para, en su época, protegerla. Era una fortificación en la que se refugiaban las tropas para la defensa de la ciudadela. Y su creación data del siglo XIV, cuando fue edificado. El Castillo de Gibralfaro -y su montaña- recibe su nombre por el faro que había en su cúspide, utilizado por fenicios y romanos. Sin embargo, sería el rey nazarita Yusuf I en 1340 el que lo convirtió en fortaleza.

El paso del tiempo ha modificado la fortificación, pero no dejó de convertirla en una de las fortalezas más inexpugnables de la península. De hecho, el Castillo cuenta como una de sus grandes batallas la que sufrió con el asedio de los Reyes Católicos durante el verano de 1487. Fernando el Católico lo tomó como residencia.

Interior del Castillo

Su interior es también fascinante, pese a que con el paso del tiempo se han suprimido algunas zonas como una mezquita y otras edificaciones. Su disposición está preparada para la defensa. Dispone de dos líneas de murallas y ocho torreones. La muralla exterior se une con La Coracha (antiguo barrio popular y tradicional malagueño ya desaparecido) y tiene muros de manera zizagueante que une el Castillo a La Alcazaba. 

En su interior se pueden visitar varias partes. La principal es el Centro de Interpretación, donde se puede conocer la historia del Castillo al detalle. Ahí está la torre Mayor, con 17 metros de altura, el pozo fenicio o los baños. En la parte inferior, en el patio de armas, hay uniformes militares típicos de soldados de cada época. La torre Blanca es también una de las más visibles y en su interior conserva un aljibe, dependencias y almacenes. 

Bien de Interés Cultural

También hay una maqueta de Málaga y de La Alcazaba y el Castillo de Gibralfaro. Pero sin duda la mayor belleza de esta fortificación antigua son sus vistas. Dar un paseo por sus murallas es un lujo para los visitantes, que pueden observar el esplendor de la joya de la corona malagueña: su ciudad.

El Castillo de Gibralfaro fue declarado Bien de Interés Cultural y Monumento Histórico Artístico. Y está marcada como una de las principales visitas para conocer Málaga y orientarse.

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