Catedral de Málaga

Foto Nany Lavado

Símbolo arquitectónico de la ciudad. Alrededor de ella se encuentran multitud de tiendas, restaurantes y cafeterías que hacen que cualquier experiencia puedas compartirla siempre con un ángulo, una perspectiva que harán de ese “café” un momento único y especial. Personalmente, tomar algo en las terrazas de la Plaza de Obispo frente a la entrada principal de la Catedral es uno de los momentos en los que mejor puedes entender la historia socio-cultural de nuestra ciudad.

Origen de la Catedral de Málaga

El origen se sitúa en 1487, cuando las tropas castellanas reconquistan la ciudad. Aprovechando la ubicación de la Mezquita Mayor (Mezquita Aljama), comienzan a levantar la Catedral dándole un aire gótico y denominándose Santa Iglesia Catedral Basílica de la Encarnación. Es a partir de ahí cuando se desarrolla el proceso de creación del templo que se abre al culto tal y como lo conocemos actualmente en 1768. Dejando inconclusa las torres y el exorno de las capillas. La invasión napoleónica y las posteriores crisis económicas que se sufrieron hace que hasta la visita de Isabel II en 1862 no se volviera a impulsar la finalización del templo.

La estructura

Tal como la conocemos hoy, es un edificio de dimensiones extraordinarias que se puede observar de casi todos los puntos de la ciudad. La portada principal es una espectacular composición barroca presentada en dos pisos y dividida en tres calles con altas columnas corintias. El piso superior presenta tres grandes ventanales y sobre las mismas una cuarta con dos óculos. Una gran balconada acompañada de dos torres, la norte de 87 metros de altura (la más alta de Andalucía) y la sur que quedó sin acabar. Es por ello que los malagueños la conocemos popularmente como “La Manquita”.

En el otro extremo se encuentra la cabecera. Tiene una forma parecida a una fortaleza con gárgolas en forma de cañón. Los dos laterales son simétricos, se componen de dos cuerpos. El primero posee un pedestal partido sobre el que levantan cuatro columnas corintias. El segundo o parte superior tiene dos frontones triangulares soportados por columnas y un gran frontón central. La fachada norte es conocida como la Puerta de las Cadenas y la sur, Puerta del Sol. Finalmente, la única fachada gótica está situada en el lateral norte y pertenece a la iglesia del Sagrario. Destaca por su riqueza iconográfica.

El interior de «La Manquita»

El resultado es una gran catedral renacentista-barroca con vocación gótica. En su interior se puede ver claramente su estructura en forma de cruz latina. El alzado está formado por la denominada “estructura siloesca”, donde se elevan columnas corintias. En el segundo cuerpo se sitúa una triple arquería de medio punto. Ese es el lugar por donde entra la luz. Dicha luz invade la catedral a través de las vidrieras policromadas que acentúan la belleza del templo. 

Por último cabe resaltar las bóvedas. Realizadas en los siglos XVI y XVIII. La cabecera, girola y crucero la ornamentación se compone por elementos elípticos. Resaltar también la riqueza iconográfica de las bóvedas.

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