Completando el círculo

Tabla de contenidos

8 de febrero 2024

En mi empeño de fotografiar la luna en cualquiera de sus fases, acudí a este lugar en su último día visible de fase menguante. Tal como estaba previsto en tu calendario, así fue. Justo delante de este castillito recibí la noticia, habías decidido irte de viaje, dandole otro sentido a los amaneceres…

Estaba con tu hermano y la vuelta se nos hizo extraña, sin hablar, cada uno desde su interior manifestaba a su manera su sentir en ese momento. Sentí que debía volver a ese lugar y entre otras cosas, darte las gracias. Siempre me diste muestras de cariño y aceptación sin necesitad de mediar más palabras que un “te quiero, Encarnita”. ¡Qué suerte habértelo podido manifestar yo a ti también, Tita!

24 de mayo 2024

Desde aquel día no ha parado de resonar en mí tus célebres frases: ¡aquí una amiga para siempre!, ¡todo sin pasarse!, ¿y el corazoncito de su abuela?… Aunque no fueses mi abuela, daba igual, siempre hacías que todo encajara. Aquel día el amanecer se tiñó de fuego, pero este lo ha hecho con calma, con la luna llena en toda su plenitud, con la luna llena de las flores, algo nublado como sabes que me gusta. En el mismo sitio, en el mismo castillo, porque es donde habitan las princesas.  Me despido con la pregunta que hacías porque ya sabías la respuesta: ¿No lo sabes?…

Compártelo con un amigo

+fotos

Entradas relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *