EDAD MEDIA

Foto Nany Lavado

El periodo histórico más importante que baña a Málaga se comprende en esta época, desde el final del Imperio Romano pasando por la presencia de la cultura árabe hasta la reconquista por los Reyes Católicos. La Málaga que actualmente conocemos tiene muchas raíces culturales de aquella época. Las construcciones medievales y musulmanas, su lenguaje, su alimentación o su estructura urbanística.

Tras caer Roma, Málaga espera la llegada del imperio islámico unos 200 años entre bárbaros, bizantinos y visigodos sin grandes alteraciones. En el 712 la ciudad pasa a ser musulmana y a pertenecer al Al-Andalus. 

Durante la época musulmana, Málaga pierde protagonismo a la sombra de otros reinos como el de Granada y Córdoba, pero evoluciona notablemente durante siete siglos. La llegada de los Reyes Católicos en 1487 cerró una etapa de luces y sombras.

Bizantinos y visigodos

Tras la caída del Imperio Romano y con poca presencia de los bárbaros en tierras malagueñas, los bizantinos se adueñan de los territorios del sur por medio del emperador Justiniano I. Malaca se convierte en una de las plazas más importante de Spania. Pero es un periodo de tiempo inestable, con varias guerras y disputas por la conquista de territorios.

En el 615, los visigodos expulsan a los bizantinos por medio del rey Sisebuto. Pero fueron años de decadencia para Malaca, que no registra grandes acontecimientos hasta la llegada de los musulmanes, casi un siglo después.

Etapa Islámica

La presencia musulmana en casi la totalidad de la península es muy relevante en la historia de España. Su arquitectura, su sistema numérico, su artesanía o sus técnicas en la agricultura son un claro ejemplo de cómo han perdurado en nuestra historia con el paso de los años.

Los musulmanes llegaron a Malaca tras expulsar a los visigodos en el 712. Entran desde las costas del norte de África y se asienta en Málaga para hacerla partícipe de Al Ándalus. Entonces le dieron el nombre de Malaqa o Málaga, como ahora se conoce.

Sin embargo, la ciudad vivió a la sombra de dos grandes reinos como el de Córdoba y el de Granada. La disputa entre gobernantes y la división en reinos de taifas dejó a Málaga como capital de su propio reino, Rayya.

De aquella época podemos rescatar el trazado del centro histórico de la ciudad, del que se conserva buena parte, además de La Alcazaba y el Castillo de Gibralfaro. El puerto ganó, nuevamente, importancia con la exportación de cerámicas de la época.

La etapa musulmana se alargó durante siete siglos, hasta que el 19 de agosto de 1487 la ciudad es tomada por los Reyes Católicos, tras seis largos meses de asedio y en una de las batallas más duras de la reconquista. 

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