Pasaje de chinitas

A él se puede acceder desde la Calle Marqués de Larios (casi Plaza de la Constitución) y es un viaje al pasado, a la antigua Málaga. Recibe su nombre de Antonio María Álvarez, hombre de negocios y antiguo gobernador civil y militar de Málaga, que lo encargó construir sobre los terrenos del antiguo Convento de las Agustinas (fundado en 1628) y en ella brotó el Café Chinitas, que ya de por sí tiene su historia propia.

El pasaje, en forma de cruz, hace alusión a que fue construido sobre tierra santa. Pero su nombre, Chinitas, al igual que el del café, viene a colación de un apodo de un actor dramático que tomó protagonismo en el mismo (Gabriel Guerra). Con el paso de los años, mediados del siglo XIX, el Café Chinitas fue un lugar de culto donde derramaron su arte del cante “jondo” como Juan Breva, Antonio Chacón, La Niña de los Peines o bailaoras como La Macarrona o La Juana. Fue cerrado en 1937, en plena Guerra Civil española. 

Pese a que vivió algunos momentos turbios como burdel o por peleas y escándalos en su interior, la celebridad del recinto (conocido como Salón Royal en sus inicios) provenía por sus famosos espectáculos de flamenco, y la asistencia de personajes que hicieron latir la cultura en los años 20 y 30 del siglo XX, como Federico García Lorca, La Argentinita, Salvador Dalí, Vicente Aleixandre o Picasso y convertirlo en uno de los cafés-teatros más notables de España. Lorca incluso se inspiró en dicho café para componer Café de Chinitas en 1931: “En el Café de Chinitas / dijo Paquiro a su hermano: / «Soy más valiente que tú, / más torero y más gitano»”.

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